jueves, 23 de mayo de 2019

Nuestra Lucha no es contra carne ni sangre

Cada día en nuestro país percibimos grandes injusticias de mano de aquellos que deberían proteger a la sociedad, a la nación. Jueces corruptos emiten sentencias cada día en las que se ven absolver y ensalzar a los culpables y condenar inocentes. Vemos con desconcierto cómo emiten decisiones contra nuestra nación, siendo la nación colombiana víctima del terrorismo por décadas, las víctimas de terribles carniceros ahora son perseguidas, amenazadas e ignoradas pero los victimarios son tenidos por honorables. 

Ante tanta ignominia la Palabra de Dios nos revela que nuestra lucha no es contra “carne ni sangre“; es decir, que no es contra esas personas que profieren juicios injustos, sino contra entidades superiores, invisibles, enemigos de Dios, frente a lo cual, nuestro Señor nos manda a orar con toda la fe, ferviente y constantemente:

"Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.


Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos"

martes, 21 de mayo de 2019

El Padre Amoroso

Ésta hermosa historia de Jesús nos constriñe en humildad al ver el amor de nuestro Padre Eterno:

"También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado." Lucas 15:11-32. 

viernes, 17 de mayo de 2019

En éstos momentos de aflicción nacional por la burla de los impíos

En estos días de aflicción en nuestro país, cuando pareciera que el malo y el impío hacen a su antojo, oprimiendo al inocente y premiando el oprobio, es cuando recordamos con alegría y consuelo las  hermosas palabras  del gran profeta Habacuc. 

El Señor nuestro Dios nos traiga a la  memoria el gozo de ésta salvación tan grande!!!

"Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales;  Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.  Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar. Habacuc 3:17‭-‬19

🌊☁️¿Si no soy creyente en Jesús, pero continuamente hago buenas obras, Dios las contará a mi favor para salvación o para el juicio venidero? 🌊☁️

🌊☁️ No. la única obra que Dios acepta para salvación, es la obra de Cristo en la cruz, y para salvación el Señor nos manda a confiar en esa...